Solo me apetece que los copos de nieve caigan en mi cara,
que congelen mis lágrimas y me dejen la nariz helada.
Que se abran paso entre la cristalera de mis ojos llorosos
y busquen un lugar cálido en los que deshacerse
porque yo no lo encuentro.
Me falta calor en esta noche templada.
Me falta resguardo, guarida y escondite.
Todo está helado
y no hay una sola alma que sea capaz de aguantar el frío.
Estoy en la punta del iceberg pero.
Llegaste.
Y encendiste la chimenea
como el que besa con los ojos cerrados, lento y con pasión.
Juntos avivamos la llama con la intensidad de un incendio devastador
que ha sido provocado
pero que dejó los árboles mas frondosos a su paso.
Juntos vigilamos que nunca se extinga, regándolo con amor.